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¿Por qué compraste eso?

A veces, cuando estoy muy estresada me dan ganas de comprar cosas, pero desde que estoy en una dieta carnívora me he dado cuenta de que no hay nada qué ir a comprar. No necesito sal, pimienta, azúcar o aceite, no debo ir a surtirme de arroz y frijoles, no necesito unas galletitas o unas frituras, y fue entonces cuando noté ese extraño sentimiento que había tenido tantas veces antes: un impulso que me llevaba a comprar, aunque realmente no necesitaba nada. No tenía ni hambre ni antojo, pero si veía unas nueces las compraba y eso me hacía sentir mejor. No las comía, varias veces las olvidé y las encontré días o semanas después en los bolsillos de alguna chamarra, pero en ese momento sentía una especie de alivio: aquél que sólo se siente cuando complaces un vicio.

Ahhh esa sensación… el pecho se relaja y los hombros dejan de pesar por un rato. Cuando la compra es afortunada dejan de pesar por varios días, incluso.  Todo eso lo hacía inconscientemente aun conociendo los trucos publicitarios y cuidando mis consumos, porque no importa lo consciente que seas, sino lo intoxicado que estás. O sea, no es hasta que estás en un punto en el que sólo consumes carne y agua que te das cuenta de lo muchísimo que gastas en cosas que definitivamente no necesitas sólo por el impulso de hacerlo. Pones las cosas en perspectiva, y es ahí cuando te preguntas:

¿Por qué decidí comprar eso? 

Quizá pienses que tú y sólo tú eres responsable del acto de consumir, sin embargo, te tengo una noticia que será buena o mala según tu criterio:

Te están hackeando químicamente. Sí, así como lo lees. Tu cerebro tiene algunos receptores que al ser modificados hacen que tu conducta cambie, y tomes decisiones, muchas de las cuales podrían estar siendo causadas por sustancias que ponen en tu comida y tu ropa.

Verás: la química del consumo es muy interesante: tú puedes hacer que alguien compre más colocando café accesible o muestras de productos con cafeína, teína, colorante rojo 40 o glutamato monosódico, que alteran la conducta generando ansiedad, y por lo tanto un consumo desmedido, eso a lo que llaman “compras compulsivas”. Es común que veamos una cafetería en alguno de los extremos, generalmente cerca de la entrada más concurrida de los supermercados, y el motivo es simple: el café causa ansiedad. Clientes ansiosos compran más. 

Es decir: no solamente te manipulan emocionalmente mediante comerciales probados en resonancias magnéticas para verificar su impacto en la mente del consumidor, también te dan sustancias que hacen que tengas determinados comportamientos, generalmente compulsivos, y como todos son “tu decisión”, entonces ellos sólo disfrutan de los beneficios de tus crisis emocionales. El objetivo es que no puedas manejar el estrés, y para liberarlo sueltes dinero. ¿Cómo te estreso o cómo te relajo para convencerte de que me des lo tuyo a cambio de lo mío?

 

 Mucha gente me pregunta que por qué siendo mercadóloga me dedico a hablar de nutrición, pero en realidad yo hablo de consumo, y todo aquello que es un producto, se consume (Excepto la coca de cereza). Ahora yo vengo a preguntarte: ¿Hasta dónde permites que sean otros quienes dictaminen tus conductas?

Manejar tus emociones tampoco es netamente responsabilidad tuya, y si bien que una buena terapia nos puede ayudar… ¿Habías pensado que te sientes así por algo que comiste y no porque realmente te sientas así? Suena descabellado, lo sé, pero los alimentos también causan emociones, y dejarse llevar por ellas es casi una decisión personal. Y digo casi, porque muchas veces salirte de control tampoco estuvo en tu poder, y por lo menos la mayoría lo sabemos, cuántas veces no has escuchado el clásico “me salí de control”. ¿Y si salirse de control tuvo que ver con algún químico? A los niños les pasa, como podrás ver más adelante en la revista, químicos como el rojo 40 o el amarillo 5 causan problemas de conducta. A mí eso me ha llevado a preguntarme: ¿Y si no existen los desórdenes mentales, sino los desórdenes de consumo? Y es que de verdad, no nos damos cuenta, pero muchas de las crisis que están pasando en nuestra sociedad se dan por los consumos que tenemos: las mujeres cada vez menos tolerantes, más agresivas y ensimismadas, los hombres cada vez más depresivos, sensibles y violentos. ¿Te parece normal? ¿Por qué un infante que nace con un sexo puede elegir su género ahora? Antes la gente sabía si era hombre o mujer, y pocos eran los especímenes que no, muchos de los cuales parecen influenciados por las represiones, como los casos de mujeres disfrazadas de hombres para entrar a estudiar o se daban en las clases altas, donde los consumos siempre son más amplios y por lo tanto más llenos de químicos. Y ojo, no estoy poniendo en tela de juicio moralmente nada aquí, hay otras especies que transicionan de sexo, parece ser natural, sólo que no hemos observado los consumos de esas especies, y no sabemos si lo que consumen les ayude a generar esas modificaciones sexuales, y es muy probable que sí. Lo que quiero decir con todo esto es: ¿Qué tal si la transexualidad de tu hijx es causa de las toallitas húmedas con soya con las que le limpiabas de bebé? ¿Qué tal si el travestismo de tu marido es porque está lleno de estrógenos por ser adicto al chocolate? ¿Qué tal si tú te sientes como te sientes precisamente por lo que estás consumiendo?

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Julia Castillo

Para bajar de peso no necesitas fuerza de voluntad, necesitas la comida correcta.

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